El Resumón profesionales en la desinformación

martes, 18 de julio de 2017

¿Veranista o invernista? ¡otoñista!


Antes las discusiones en Chile era entre carreristas  y O higginistas , balmacedistas, y congresistas y allendistas con pinochetistas.
Bueno, las cosas cambian y la sociedades crecen y se complejizan. Todo esto derivó en que hoy en día el país el debate es entre los invernistas y veranistas, quienes buscan despiadadamente quedarse con la razón.
Los invernistas,  lo más felices con la nieve y terribles heladas, disfrutan del clima gélido que esta época del año permite. Aman la lluvia, la nieve, los días cortos y el usar cuatro o cinco capas de ropa.
Por su parte, los veranistas, que por estos meses lo están pasando más mal que Tiago Correa , son felices con el calor sofocante, aman el sol, las playas, el sudar en exceso y andar con chalitas ziko en la calle.
La discusión entre ambos grupos por ratos se ha tornado violenta. Los invernistas acusan a los veranistas de llorones, de quejarse por el frío, cuando todo se arregla con una estufa , guatero o una simple bufanda. En cambio, los veranistas vociferan contra los invernistas, tildándolos de masoquista, por disfrutar de cagarse de frío y de ver anegadas sus casas.
Lamentablemente  uno no puede quedarse ajeno a esta discusión, y finalmente la sociedad te empuja a definirte y sumarte a uno de los bandos. No hacerlo te convierte en un paria .que no tiene derecho a decir “puta que hace frío” o “la cagó el calor”.
Así que me puse a pensar qué cresta soy. Es verdad que me gusta la lluvia. Cuando veo que Iván Torres dice que se avecina un frente de mal tiempo, lloro de alegría, aunque muchas veces el wn no el achunta, a pesar de que en los comerciales pase lo contrario.
Pero por otra parte, me encanta andar a pata pelá y polera. Me carga tener que arroparme para no cagarme de frío.
Seguí pensando. En verano me cuesta dormir por el calor, así que muchas veces duermo arriba de la ropa, quedando expuesto a los putos zancudos. Pero en invierno también me cuesta dormir, porque los pies se me congelan aunque me arrope a cagar.
Finalmente llegué a una conclusión. No soy invernista ni veranista, soy otoñista.
Sí, no estoy hueviando, soy otoñista, porque en esa época no hace ni tanto frío ni tanto calor. Incluso, puedes tener días con harto calor, en los que puedes andar a pata pelá, y otros donde llueve. Además, a diferencia de la primavera, no existe posibilidad de que una maldita alergia te cague los días.
Asumo con hidalguía que  con esta decisión quedo al margen de la discusión, pero creo en esta tercera vía.
Me siento como en frente amplio, y parece que al igual que ellos, no le ganaré a los dos grandes conglomerados.

Pero solo quiero decir una cosa. Invernistas y veranistas dejen de hueviar, los otoñistas tenemos lo mejor de ambos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, aunque el otoño cada vez es más corto.

Pd: la penúltima línea sobre el Frente Amplio fue totalmente antipitoniso jaja. Todo un Baba Vanga.