El Resumón profesionales en la desinformación

jueves, 27 de agosto de 2015

Historia de bus


Antes que me acusen de plagio, reconozco con hidalguía que me inspiré en el gran Ricardo Arjona, que tiene un tema que se llama “historias de taxi”, razón por la que llamé a esta entrada "historia de bus".
Bueno, yo no soy Arjona (no va a temblar), así que no vayan a pensar que me tiré a una mina. Tampoco le besé hasta la sombra, ni nada parecido.  Básicamente esto tiene dos cosas en común con la canción del trovador: se desarrolla sobre un vehículo y trata de una mujer.
Era un viaje normal. Llegué con algo de anticipación al bus, así que pude dejar mi bolso “estratégicamente” ubicado entre otro montón de bolsos similares, para así evitar que cuando tenga que retirar mi bolso lo encuentre solo cuando queda la rueda de repuesto en el maletero (al final eso pasó).
Me senté en el bus, al lado de la ventana, como siempre. ¿Por qué ventana y no pasillo? Tengo un problema hereditario terrible: cabeceo cuando duermo. Sí, he visto a mi mamá cabeceando y me he cagado de la risa, así que prefiero cabecear y darme contra la ventana, que hacerlo hacia el pasillo y que todos me vean.
El bus comenzaba a salir del andén, cuando se detiene. Veo que la gente del otro lado mira, y yo copuchento, me paro, pero no veo nada.
A los pocos segundos escucho quejidos (no sexuales, les recuerdo que estoy en un bus, enfermos). Pasan un par de minutos, cuando veo subir, muy a mal traer, a una treinteañera. Venía llorando. Lo logró, llamó mi atención.
La tipa se sienta y sigue sollozando…
- ¿Qué le pasó? Le pregunta una vieja tan o más copuchenta que yo
-Venía apurada, corriendo y me caí de poto- dijo entre lágrimas
En eso aparece el auxiliar de bus, que muy gentilmente le pregunta por el estado de su poto…
¿Se pegó fuerte?
-. Le responde la accidentada.
-Es que hay mucho aceite en el cemento, es resbaloso- le dice el auxiliar tratando de consolarla, o quizá, intentando hacerla ver que fue muy aweonao correr por el terminal.
El bus ya lleva varios minutos en las modernas carreteras chilenas, pero la accidentada sigue quejándose. El auxiliar vuelve en acción y le da un vaso con agua. Dos dudas me vienen a mi mente:
¿De dónde chucha sacó un vaso con agua?
¿Se la querrá pisar este weon? Quizá, y con algo de suerte, le termine besando hasta la sombra, parafraseando a don Ricardo.
El vaso con agua la calma un poco (quizá algo le echó el auxiliar para drogarla), hasta casi deja quejarse, incluso hace un poco el asiento para atrás, para disponerse a ver alguna película pirateada del cine, cuando la calma se interrumpe por un llamado telefónico
-Aló aló... Emilio (cambié el nombre para ocultar la verdadera identidad del aludido). La tipa cambió de su voz quebrara y triste, a una voz dura y enojada…
-¡¡No vengo más sola a Santiago!! Escuchaste, Emilio, no vengo más sola (quizá quería que Emilio la viera caer)
-Me caí po, por andar apurada haciendo los trámites. Llegué justo, el bus se iba, y me caí – a esta altura, casi gritando y furiosa.
-Me caí, no vengo más sola, Emilio, escuchaste, no vengo más sola – dice de nuevo
Su furia aumenta mientras habla: ¿me escuchai? No no no, no me refiero a eso…escucha po…escucha… .
- Emilio, no estoy hablando de eso, no tiene nada que ver, escucha... escucha ..ya ya ya ya, chao”, y le corta.
Y en ese momento me pregunto ¿Qué culpa tenía el bueno de Emilio de que se sacara a chucha? ¿Será su pololo, novio, esposo, amante? ¿Por qué el hermoso Emilio (me lo imagino hermoso) le aguanta?
El bus  continúa, para en varios peajes que financian esas modernas carreteras, cuando de pronto, la mina agarra su celular ¿A quién estará llamando? Me pregunto ya sabiendo de antemano la respuesta
-Aló…Emilio, sí sí… estoy mejor, sí sí… Parece que se va abuenar con el masculino (así debe ser, por su nombre) de Emilio, pienso.
Continúa conversando, ya no tan enojada, pero con una voz que muestra siento rencor. Le cuenta cómo se cayó, y como su poto se hizo cagar en el cemento del terminal. Mientras más explica cómo se cayó, más se va picando de nuevo…
-Sí po, y me caí, por andar apurada, por andar haciendo trámites, y me duele mucho todavía po - le dice, más bien, le grita.
Y todo termina con un: ya ya ya, si tu sabis a qué hora llego. No te tengo para qué andar llamando, ni avisando, si tú sabes a qué hora llego po, Emilioy le vuelve cortar.
La cagó. Reflexiono(?): ¿Por qué el pobre Emilio se convirtió en el victimario de su sacada de chucha? ¿La mina está loca? Espero Emilio la patee por loca (o le pegue, como el trovador a su señora). No merece a una mina así…
El bus para en Los Vilos, destino de la accidentada. Se baja con evidentes muestras de dolores…El auxiliar la ayuda, quemando su último cartucho para ver si cae en sus brazos...Me paro para ver qué sucede fuera del bus...
¡Adivinen!
Ahí estaba Emilio, guapo y varonil como me lo imaginé…
 Se miran, se abrazan, se besan, y decido no mirar más…

Par de weones.