El Resumón profesionales en la desinformación

miércoles, 24 de julio de 2013

Carta de amor de un arrepentido. FINAL FELIZ :)

Tenía la esperanza  que mis súplicas, mandas a la virgen de Guadalupe, rezos, mail con duros  epítetos y cartas anónimas con fuertes amenazas de muertes, fueran escuchadas por la Municipalidad de Estación Central.
Caminé nervioso a tu encuentro. Fue la media cuadra más larga, desde la vez en que un tipo me siguió gritándome: “oye flaco, espérame, no te haré nada, tengo harto hipoglós”.
Esa media cuadra tuvo un final doloroso (pero inolvidable), sensación que no tuve en esta ocasión, porque entre los autos que pasaban a gran velocidad, personas que caminaban mirando al suelo con desazón y dos perros pegados amorosamente, asomaste tú;  hermosa, alta, delgada, morena, imponente y única en tu esquina.
Miré al cielo con alegría, había harto smog, pero da igual, estabas tú en el lugar donde hace más de un año te vi por primera vez.
Corrí a toda velocidad a tu encuentro, lo que es un decir, la edad ha mermado mi capacidad aeróbica. Tú te quedaste esperando, como siempre, dispuesta a darme la pasada sin cruzar palabra.
Cuando por fin estuve  a tu lado me arrepentí de todo lo malo que pensaba de ti: eso de prefería a los weones con autos, de que te hacías de rogar y que durabas poquito.
Tu ausencia me hizo valorar esos escasos segundos en los que nos cruzábamos. Me hizo amar tus ojos verdes parpadeándome. Solo quería  tocar tu botón fuerte e  intensamente, hasta que me hicieras caso.
Sé que ya muchos han hablado que te traicioné con una tal “ceda el paso”. Puras mentiras, yo no quiero cruzarme en otra esquina que no sea la tuya.
Gracias por resucitar, gracias por volver. Prometo no quejarme si me dejas a mitad de calle con la media vena, esperando que me vuelvas a dar la pasada para terminar de cruzarme contigo.
Espero no perderte otra vez, semáforo de la Alameda. 



1 comentario:

churrascomarino dijo...

Y el flaco del hipoglós te trajo recuerdos de tu cuasi primer (?) encuentro gay en calle Pení ...cierto?

Me dieron ganas de tomar leche achocolatada con bombilla.

Adiós, infiel !