domingo, 1 de noviembre de 2009
En caliente
En caliente uno se puede mandar las embarradas más grandes de la vida.
Es una condición peor que una enfermedad mortal, porque al menos éstas te dan la oportunidad de enmendar todo en la vida eterna o en el infierno, pero en caliente te sentencia a vivir con las consecuencias de esta terrible enfermedad.
En caliente es un tipo de fiebre mental que achicharra las neuronas, y por lo tanto, no permite tomar decisiones coherentes. Es imposible de medir con un termómetro, ni de forma axilar, bucal ni rectal, aunque puedes probar la última sólo por placer, lo que alivia un poco los malestares.
A diferencia de otras enfermedades que afecta el cerebro, como la fobia a vivir (yorkeemfobia) y sobre todo la pérdida de memoria, en caliente no causa miedo (te desinhibe de hecho) y no te permite olvidar, peor aún, crea eventos imposibles de borrar.
Cuando contraes esta nefasta enfermedad todo se va al carajo, como cuando olvidas tu tarjeta del banco en el cajero, dejas tu cuenta de correo abierta en un cyber justo en el mail con las fotos desnudas de tu novia o compras un condón vencido, y como resultado suele relucir tu verdadero ser, ese que trataste de esconder a la sociedad para que no te hiciera a un lado o te enviara a un hospital siquiátrico o a la cárcel.
Es peor aún que perder la capacidad de controlar los esfínteres, porque por lo menos para eso se inventaron los pañales adultos, pero para tratar de contener tu verdadera personalidad, guardada por ti mismo, no existe pañal cerebral que te salve y contenga todo tu horripilante verdadero ser.
Seguro ustedes estarán pensando que en caliente es una enfermedad rara, de esas que sólo existen en África, Centroamérica, en las Iglesias, el aparato reproductor de una modelo argentina, en el cerebro de un candidato presidencial o en la selva amazónica.
Pero están tan equivocados como esa vez que traté de orinar contra el viento pensando que la presión del chorro de pichi se la podía contra el viento en contra.
En caliente sin darnos cuentas ha llegado a nuestra sociedad, y no ha tenido lamentablemente el seguimiento que tuvo la caprichosa gripe porcina, que estaba más sobrevalorada que el culo de blanquita Nieves. O sea, ahora que sabemos que se inyectó una sustancia ilegal de dudosa reputa-ción, ya no causa lo mismo. Es cierto, siempre lo supimos, y si causa cosa, pero a nadie blanquita nieves.
En caliente debería ser considerada una enfermedad dura, ya que si encasillaron a la marihuana una droga dura, cualquier cosa mala es dura, aunque Felipe Camiroaga no piense lo mismo (?).
Es una enfermedad bajo perfil (no en el sentido del perfil sin nariz de Michael Jackson), no sale en la tele ni ha matado a nadie, pero es altamente contagiosa, de hecho está esparcida por todos los grupos sociales y edades.
En el fondo en caliente es una enfermedad bien democrática, porque ataca a todos por igual, no como la porcina que atacaba en su mayoría a personas que se habían pegado unas vacaciones en México. Para el que no tenía suerte y vacacionaba en Los Vilos, con suerte se agarraba el cólera por el agua contaminada con la caca de los habitantes del balneario, o se agarraba a una pokemona buena pal ponceo(??).
En caliente incluso es una enfermedad tan complicada que el Dr. House ha quedado pillo cuando ha tratado de diagnosticarla. En el hospital de Talca te derivan a la casa luego de entregarte un Panadol , en el hospital de Iquique te dan los resultados a los seis años y en una clínica no te aceptan por tener FONASA.
Lo peor es que no tiene remedio alguno conocido, ni con medicina alternativa, ni menos con la tradicional, ya que para las farmacéuticas no les parece conveniente económicamente invertir en ella. Ni siquiera las farmacias se quisieron coludir para buscar remedios.
Todos hemos sufrido esta enfermedad, en caliente es un tipo de enfermedad con la que se nace y sin darte cuenta florece, como hongo en las patas o pelos en las orejas.
Es casi siempre desatada por una sociedad falta de tolerancia, mediocre y vacía.
Para descubrir una persona en caliente es necesario verle su cara, muy extasiada, fuera de si, como mueca de persona cagando mientras tiene un orgasmo. Ambas cosas se pueden hacer, sólo consulten parafilias en wikipedia.
Hay distintos tipos de en caliente, mutaciones de la misma enfermedad.
En caliente-caliente y furioso
En los tacos a la hora punta mañanera es posible ver persona en caliente tocando su bocina del auto en forma desaforada, sin entender que eso no ayuda en nada, porque el taco lleva varias cuadras, y su bocina, por más ruidosa que sea, no va a llegar al primer auto que origina el lío, que probablemente maneje una mujer(?). Es sin duda una de las formas más masivas en la que se presenta esta enfermedad, y es casi imposible ver un automovilista sin esta terrible condición. La enfermedad saca su verdadero ser, el prepotente, el furioso, el hijodeputa.
En caliente te puedes mandar cagazos, como darle un golpe a tu jefe, lo que traerá consecuencias terribles, como no poder pagar el cable y el internet por estar desempleado.
En caliente le puedes gritar a tu madre cosas tan hirientes como: conchadeMimadre(?)
En caliente te puedes agarrar a tu vecina, lo que no es una enfermedad en sí, eso es calentura normal, pero en caliente te lleva a hacerlo sin condón.
En caliente puedes vender tu alma, y decir te amo a una persona que sólo te atrae por sus tetas, y eso te puede causar serios problemas futuros, como encontrarte con una tetona celopala, y ser víctima de una persona así puede a llegar a ser terrible.
Peor si te encuentras con una tetona con bipolaridad o depresión, o una tetona gracias a la silicona liquida.
Ahí si la enfermedad en caliente te pasa la cuenta, y salir de un cachito así, por la cachita inicial, es complicado.
En el caso de las mujeres es como encontrarse con un cara bonita que maneja de manera óptima las lindas palabras. O un weon con un culo redondito (!).
En caliente-populismo y euforia
Este es el tipo de en caliente más horrible que existe por lejos, afectando de manera particular a los políticos, que tienen una debilidad genética y mental que los hace más proclive a contraer esta enfermedad.
Popularmente se le llama “subirse al carro de la victoria”, y es cuando un político cegado por esta enfermedad que les achicharra las neuronas muestra su verdadera personalidad, lejos de la sonrisa del cartel pegado en el poste de la luz en un lugar estratégicamente puesto (tapando un semáforo), y de discurso lleno de lugares comunes.
Esta enfermedad, en caliente, muestra al verdadero político, al desesperado, sin argumentos, al que trata de sacar provechos de cualquier cosa.
En caliente ha producido cosas como:
- Nacionalización Horacio de la Peña
Chile obtenía por primera vez en su historia deportiva medallas de oro en JJOO.
Nicolás y Fernando se convirtieron en héroes, mientras que Horacio de la Peña, la cabeza del equipo como capitán, a pesar de su voz fina, también se ganó las flores.
Lo malo es que era argentino, pero el gobierno vio en esa grave falencia una posibilidad de ganar bonos.
Y en caliente los llevó a proponer entregarle nacionalidad por gracia, cosa en un principio parecía estar lista, pero que luego se desvaneció como las neuronas de los personajes que la propusieron.
- Estadio Nacional JM.
Julio Martínez hacía televisión cuando la televisión todavía no existía en Chile(?).
Clásico comentarista deportivo, todos los domingos opinaba del deporte, en especial del fútbol.
Pero nadie es eterno y JM se murió.
No sólo el canal que lo albergó toda su vida informó, también todo el resto de los canales, diarios, radios, lo que produjo un gran movimiento de personas a sus funerales.
La muerte de JM pasó a ser noticia nacional, miles de personas lo despedían en su funeral, y todos tenían buenas palabras para el difunto.
Hasta que los políticos aparecieron.
Abrumados por la fama de JM, en caliente hizo clic en sus cabezas, llevándolo a proponer la idea de que el estadio Nacional llevara el nombre de Julito.
Y peor todavía, lo consiguieron.
Hoy el Nacional JM está en reparaciones, aunque el nombre no se lo quitan ni con tres bombas.
- Nacionalización Bielsa
Este es el último foco de en caliente que ha aparecido en el país.
Los diputados Gabriel Silber, Carolina Goic, de la DC; y Tucapel Jiménez del PPD propusieron nacionalización por gracia a Bielsa, luego de que Chile clasificara al mundial.
Lo peor de todo es que Bielsa consultado respondió que a él no le parecía lo suficientemente meritorio la clasificación para obtener la nacionalidad chilena.
El loco parece estar curado de esta enfermedad, mientras que el trío de idiotas, necesitan atención urgente para curar su en caliente.
En caliente-euforia contagiosa
Pero dicen que cada país tiene la clase política que se merece.
En esta mutación de la enfermedad podemos ver como en caliente une a una masa de personas en torno a una estupidez.
Hemos visto casos tales como
-Muerte de General Bernales.
Un paco como cualquiera, que no murió ni en una guerra por petróleo, ni en una protesta de los deudores habitacionales, ni en una manifestación del 11, ni defendiendo a inocentes en un asalto.
No, el tipo murió en un simple y común accidente, de esos que te puede pasar a ti. A mi no, vivo encerrado en una burbuja.
Y la desgracia se convirtió en noticia nacional, y las imágenes de Bernales derramando unas lagrimas en un par de eventos anteriores a su muerte, obvio, activó en la masa el en caliente.
Al llegar su malogrado cuerpo a Santiago, cientos de miles de personas salieron a las calles a entregarle un emotivo último adiós.
Y la enfermedad se hizo tan masiva, que incluso la tv estuvo en un maratón de 7 horas transmitiendo conmovedor evento.
Un viejo cualquiera, en una muerte cualquiera, con dos lagrima cualquiera, se convirtió en el general del pueblo.
En caliente lo hizo otra vez.
- Encuestafilia.
Y para terminar está la encuestafilia.
Algo ocurre con en caliente, que cuando las personas se ven enfrentadas a un encuestador, la enfermedad despierta de su largo letargo para dejar la cagada.
Es así como en las encuestas hace 5 años Ricardo Lagos tenía un 60% de aceptación.
Y cada nueva encuesta seguía aumentando, la enfermedad que achicharra las neuronas llegaba a causar incluso un 70% de aprobación del gobierno de Lagos.
Bastó unos meses, unos micros con franja verde circulando la capital y uno que otro tren chatarra, para que la enfermedad desapareciera por completo, y Lagos volviera a su 20% normal
Hoy la enfermedad hace estragos en la aceptación a Bachelet, con un 75% de aprobación, algo que no ocurre ni cuando una presidente hace pública las transmisiones de fútbol, ni cuando un gobierno hace otro tipo de populismos como construir estadios de fútbol (?). Sí. Aguante el fútbol.
Es porque la contagiosa en caliente ha vuelto, y veremos con el tiempo que el 75% está más inflado que el ego de Chadud luego de agarrase a la Kenita Larraín.
Ya lo saben, tomen aire, cuenten hasta diez y aprovechen el cerebro que nos ganamos gracias a la evolución, o el azar de la vida simplemente al creador, y no dejen que en caliente se tome el poder.
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3 comentarios:
Soy la envidia de todos... lei esto antes que muchos.
??
........ si po
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