El Resumón profesionales en la desinformación

domingo, 30 de junio de 2013

Carta de amor de un arrepentido

La cagué y me arrepiento.
Te conocí hace más de un año. Nuestros caminos se cruzaron y nunca más se separaron. Pero las cosas no se dieron como esperaba, y el amor a primera vista, se fue gastando día a día.
Cada vez que me encontraba contigo te miraba con odio y rencor.  Me enfadaba tanto que coquetamente  me invitaras a tocar tu botón para que me dieras la pasada, pero que cuando te tocaba no me la dieras altiro, tramitándome varios minutos. Y peor, cuando por fin me dabas la pasaba, durabas poquito, por lo que me veía obligado a irme rápidamente al otro lado. Muchas veces todo pasaba tan rápido, que ni alcanzaba a irme y quedaba en medio, con la tremenda vena,  mirándote con rabia.
Además, muchos decían que eras trepadora, porque preferías darle la pasada a los que tenían auto, y a uno, un simple peatón, con suerte guiñabas un ratito con tus ojos verdes.
Ayer  en la mañana llegué al lugar donde siempre nos encontramos, pero ya no estabas. Ni siquiera sé que hicieron con tu cuerpo, me hubiese gustado darte una sepultura digna.
Te extrañé demasiado, esos escasos segundos que me dabas para cruzarme contigo, ahora me parecieron sagrados, hermosos, y hasta excitantes.
Tu ausencia –literalmente-  casi me quitó la vida. Bocinas e insultos estuvieron en vez de tu escueto pero cálido cariño. Ya no estabas para cuidarme, como solo tú lo sabías hacer.
Perdóname semáforo de la Alamenda, perdona a los que abusaron de ti, espero que tu padre Muni de Estación Central te resucite al tercer día, porque no sé qué haré sin ti.
Sueño con ver nuevamente tus ojos verdes parpadear.
El arrepentido.